Los gatos, independientemente de la edad, necesitan jugar, mejor si lo hace con un compañero de especie. Para ellos no hay distinción entre día y noche, así que puede que te despierten en más que una ocasión. Por supuesto, no lo hacen para fastidiar, sencullamente juegan.
Los gatos salvajes o asilvestrados dedican al día entre 6 y 8 horas a la caza; hasta 12 horas en caso de necesidad. No exactamente a comer, sino a esa actividad tan lúdica para ellos como buscar, acechar o perseguir.
Por el contrario, nuestros mininos caseros no necesitan cazar, tienen siempre el comedero lleno y lo más que acechan es alguna mosca despistada en la ventana. Sin embargo, han evolucionando durante millones de años para ser unos perfectos cazadores, y mantienen un instinto al que necesitan dar rienda suelta.
Como ya ni cazan ni acechan, dedican todas esas horas que les "sobran" en otras actividades, como dormir ( hasta 18 horas ), lamerse compulsivamente o comer en exceso, lo que tampoco es bueno.
EL GATO NECESITA MOVERSE
Como propietarios responsables, nuestra obligaciones con ellos son algo más que echarles de comer. Al igual que sucede con nuestros hijos, nos toca jugar con ellos.
No hay excusas, pero afortunadamente disponemos de un amplio surtido de pelotas, ratones de peluche, cañas, plumas y demás objetos para distraerles. Una simple bola de papel de aluminio rodando por la casa les encanta. O agitar una cuerda ante sus narices desatará sus profundos instintos cazadores. Pero también un truco muy sensillo y muy efectivo: el puntito rojo de un puntero láser moviéndose en la pared y al que querrán atrapar. A este respecto, no son pocos los gatos que ven un minuto el punto rojo y luego están un buen rato buscándolo; pero realmente esto es bueno, ya que de esto se trata, de que se mueven. Todo lo que sea estimular su actividad será bueno para elloos, tanto fisica como psicológicamente.
Dice la frase que "la curiosidad mató al gato", y es cierto que los gatos, más los jóvenes que los adultos, tienen cierta tendencia a meterse en líos involuntariamente.
Los gatos salvajes o asilvestrados dedican al día entre 6 y 8 horas a la caza; hasta 12 horas en caso de necesidad. No exactamente a comer, sino a esa actividad tan lúdica para ellos como buscar, acechar o perseguir.
Por el contrario, nuestros mininos caseros no necesitan cazar, tienen siempre el comedero lleno y lo más que acechan es alguna mosca despistada en la ventana. Sin embargo, han evolucionando durante millones de años para ser unos perfectos cazadores, y mantienen un instinto al que necesitan dar rienda suelta.
Como ya ni cazan ni acechan, dedican todas esas horas que les "sobran" en otras actividades, como dormir ( hasta 18 horas ), lamerse compulsivamente o comer en exceso, lo que tampoco es bueno.
EL GATO NECESITA MOVERSE
Como propietarios responsables, nuestra obligaciones con ellos son algo más que echarles de comer. Al igual que sucede con nuestros hijos, nos toca jugar con ellos.
No hay excusas, pero afortunadamente disponemos de un amplio surtido de pelotas, ratones de peluche, cañas, plumas y demás objetos para distraerles. Una simple bola de papel de aluminio rodando por la casa les encanta. O agitar una cuerda ante sus narices desatará sus profundos instintos cazadores. Pero también un truco muy sensillo y muy efectivo: el puntito rojo de un puntero láser moviéndose en la pared y al que querrán atrapar. A este respecto, no son pocos los gatos que ven un minuto el punto rojo y luego están un buen rato buscándolo; pero realmente esto es bueno, ya que de esto se trata, de que se mueven. Todo lo que sea estimular su actividad será bueno para elloos, tanto fisica como psicológicamente.
"¿EJERCICIO? ¡SÍ SIEMPRE! PERO TAMBIÉN HAY QUE TOMAR LAS DEBIDAS PRECAUCIONES FRENTE A LOS PELIGROS."

El ejemplo más relevante es la presencia de los cables eléctricos. Nada les llama más la atención que esas "madejas de cuerdas" que llenan nuestro hogar. Parece que les estén diciendo ¡murdeme!. Por ello, son frecuentes las lesiones en mayor o menor grado cuando sus colmillos rozan el cable conductor. Por ello, nada mejor que ultilizar fundas protectoras para minimizar el daño.
Las plantas de interior, a los gatos les gusta mordisquear, pero algunas son irritantes, incluso venenosas.
Otro problema son las alturas. A los gatos les encanta trepar, pero na hay más que recordar la clásica imagen del bombero rescatando un gatito que se subió al árbol, sí, pero que luego no supo bajar. Al conjunto de lesiones que un gato puede sufrir al caer desde una ventana Más grave cuanto más alto. por desgracia no son casos aislados, sino bastante frecuentes. Para poder ventilar la casa y que ellos, curiosos por naturaleza, se asomen al exterior, debemos colocar rejillas y así evitar percances.
Otro accidente, es el de los gatos que se quedan encajados en la rendija de las ventanas oscilobatientes. Según las horas pasadas allí atrapados, el cuadro puede ser más o menos grave. La apertura puede regularse pero lo más conveniente es no poner un mueble cerca desde el que tengan la tentación y la facilidad de asomarse.
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