martes, 10 de junio de 2014

La mejor manera de visitar al veterinario


 
Aunque no sean excesivamente frecuentes, todos los felinos que conviven con los humanos tienen que ir, alguna vez, al veterinario.
Hazlo de la mejor manera        posible para ti, tu gato y el veterinario.

          Si un gatito, desde más tierna infancia, visitara al veterinario, y en las primeras ocasiones la visita solo fuera para reconocimiento del medio y del entorno, una simple revisión, manejo o valoración, sin entrar en procedimientos ni manejos bruscos o "dolorosos" el gato se comportaría en las siguientes visitas dentro de una relativa normalidad.
Pero esto no es, ni mucho menos, lo habitual, así que el gato suele visitar la clínica por primera vez cuando es adulto, sin haber tenido contacto jamás con una clínica, ni con un veterinario y su equipo. Por esta razón, muchos animales que son verdaderos "santos" en el hogar se comportan como verdaderos demonios cuando se pretende hacer algo con ellos en la clínica: bufan, arañan, muerden...
Todo esto comportamiento es normal, lógico y previsible en un animal asustado, que se siente acorralado y agobiado ante una situación totalmente desconocida.

          Es lógico pensar que el carácter de cada animal nos dará un comportamiento diferente en la clínica. por ello, si el gato es sociable y está habituado alcontacto de "muchas manos" y distintos entornos, es bastante posible que, a pesar de lógico recelo ante una situación nueva para él, si el veterinario lo maneja con tranquilidad, tomándose su tiempo, sin brusquedad pero con firmeza, no surgirá ningún conflicto.
Por el contrario, si el animal tiene una vida "solitaria", excesivamente independiente, de escaso contacto con sus seres humanos distintos de su dueño, es bastante posible que ante la perspectiva de ser codigo por unas manos desconosidas ponga todo de su parte para soltarse cuanto antes, para lo que empleará todos los recursos disponibles.

"Es muy arriesgado llevar en brazps al gato,
 por muy dócil que sea, 
la probabilidad de fuga es muy alta"

          Lo primero sería tener claro que gato debe considerar el transportín un lugar cómodo, de protección, y no un reciento de tortura, preludio de cosas peores. Para ello, el transportín debe estar abierto en casa desde que animal es pequeño, para que pueda utilizarlo como un escondite, como un lugar de descanso; en definitiva, como algo positivo. Si permitimos esto, introducir al gato en él no será complicado, ya que suele ser el primer motivo por el que un propietario no usa el transportín para alojar al gato cuando lo lleva al veterinario.
El viaje en el coche también debería formar parte de la socialización del gatito, para lo que habría que hacer varios viajes cortos del animal en el vehículo, para volver a casa sin destino alguno, solo para que se acostumbre a ese "particular sistema de transporte".
Esto evitaría miedo, maullidos incesantes, incluso vómitos.



"Durante la consulta, el propietario debe seguir las indicaciones del veterinario para el mejor manejo de su mascota".



El propetario del animal debería ser una parte fundamental de este difícil momento para su amigo felino: debe estar tranquilo y seguro, ya que esto infunde tranquilidad al animal, y colaborar activamente en el manejo del gato según las indicaciones del veterinario, sin dejarlo solo en manos del profesional, lo que es muy frecuente.
En la mayoría de los casos el simple contacto del propetario con su amigo felino sería suficiente para que este estuviera tranquilo.

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